Con una extensión de 330 Km² donde el lago ocupa las tres cuartas partes cuando está a su nivel más alto, el parque nacional del Lago Manyara es uno de los parques menos visitados y más infravalorados de Tanzania. Fue nuestra primera experiencia con una Safari, algo que no sucede todos los días y que te aseguramos que marca una época en tu vida.
El Lago Manyara
El Lago Manyara se encuentra a 126km desde Arusha en la carretera que se dirige al imponente Serengeti. Cierto es que muchos turistas prescinden de visitar este parque para dar prioridad a otros como el Ngorongoro o el Serengeti, pero si tienes uno o dos días no dudes en visitarlo, ya que podrás encontrar un parque singularmente verde incluso en temporada seca y además de con una extraordinaria avifauna, donde puedes divisar cormoranes, flamencos, cigüeñas o pelícanos.
En la zona de las llanuras del parque, cubierto por bosques de acacias, habitan animales como leones, elefantes, cebras y toda clase de mamíferos pequeños, todos ellos muy fáciles de ver, aunque el león el rey del parque muchas veces se hace complicado de ver.
Nosotros llegamos en 4×4 desde Arusha y decidimos visitar este parque antes de llegar al crater de Ngorongoro. La carretera hasta el parque es una carretera asfaltada y en buenas condiciones, además si vas por libre y buscas alojamiento sin previa reserva, poco antes de la entrada del parque hay varios campings económicos además de los clásicos y excesivamente caros lodges. Como en todo nuestro viaje, tiramos de tienda y pudimos dormir por un precio razonable.
La visita al parque se puede hacer en una mañana, salvo que decidas hacer alguna ruta a pié, en canoa o en mountain bike. Si no tienes mucho tiempo, con ir en coche es suficiente, opción que elegimos ya que después de la subida al Kilimanjaro y de otras etapas a pié, que te lleven a ver animalitos sin excesivo esfuerzo no tiene precio.
Nos levantamos muy pronto de cara a ver el amanecer y ver a todos los animales en su esplendor, ya que a partir de las 12 de la mañana y en agosto como estábamos, el calor es tan sofocante que los animales se esconden entre las acacias y los matorrales del parque buscando alguna sombra que les cobije.
Una vez dentro del parque encuentras multitud de familias de babuinos, que por cierto, es un animal muy agresivo, y a medida que vas entrando al parque siempre ves a lo lejos el inmenso lago y toda clase de aves alrededor de él.
Como anécdota, de camino a la zona húmeda nos tomamos con un elefante que nos planto cara, momento tenso y del que tuvimos que salir pisando a fondo. Una vez pasado el susto, pudimos ver gran cantidad de cebras y toda clase de pequeños mamíferos, pero el león, el rey del parque, lo pudimos ver, pero siempre entre los matorrales y con gran dificultad para tomarle una foto.
Después de una mañana intensa en el parque, por la tarde decidimos ir de compras a un pequeño pueblo llamado Mto Wa Mbu, donde es posible comprar todo tipo de cosas para el turista ansioso de esculturas o piezas de madera.
De vuelta al camping para cenar, cenamos una estupenda sopa traída desde España e hicimos networking con unas gallegas que se dirigían a la isla de Zanzibar, esto es lo bueno de viajar, siempre conoces gente incluso hasta en los lugares más insólitos. Hasta las 3 de la mañana estuvimos hablando y bebiendo la estupenda cerveza de Tanzania, Kilimanjaro como nó.
Ya al día siguiente salimos de camino a Ngorongoro, uno de los parques que más me han llamado la atención y posiblemente uno de los rincones más espectaculares del planeta, pero esto es otro viaje y es otra historia.
Datos prácticos
Antes de partir. Ahorra tiempo y dinero
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¿Cuando ir?
De cara a observar las aves, ir en canoa o ver las cascadas la mejor estación es la lluviosa, y para observar a los grandes mamíferos la mejor estación es la seca.
¿Cómo llegar?
O bien tomando un autobús desde Arusha o llevando un 4×4 de alquiler. Llegar es fácil, simplemente hay que coger la carretera desde Arusha hacia el Serengeti y desviarse en el kilometro 126.
¿Qué llevar?
En verano hace mucho calor, por lo que no olvides un buen protector solar, un sombrero para tapar el sol y mucha agua. A parte una cámara con teleobjetivo, no una cámara compacta, si quieres hacer buenas fotos.