Una agradable sorpresa en tu visita a Madrid es el parque el Capricho, un encantador jardín artístico. Además suele pasar que los que viven en la capital de España no suelen conocer rincón poco conocido de Madrid. El parque El Capricho se encuentra en la Alameda de Osuna, junto al parque Juan Carlos I, cercano a Barajas.
Las características naturales y artísticas del jardín «El Capricho», permiten disfrutar de un entorno lleno de sensaciones ya que en su día artistas ilustrados construyeron pabellones, trazaron recorridos, dispusieron láminas de agua y crearon estancias para conseguir aunar belleza, grandeza para que el espectador pudiera disfrutar y fusionarse con la naturaleza. Para los que vivimos en la capital, es de esos lugares con encanto y que hay que ver en Madrid.
Visita al Parque el Capricho
¿Cómo llegar al parque de El Capricho?
Dirección: Paseo de la Alameda de Osuna, 25, 28042. Junto al Campo de las Naciones
Metro: línea 5, estación El Capricho
Autobús: 101, 105 y 151
Horario del Parque el Capricho
Las visitas a este parque están limitadas a 1000 personas de aforo máximo cada fin de semana o festivo. En sus 14 hectáreas, el parque mezcla conceptos barrocos y paisajistas. Vale la pena descubrirlo en otoño o en primavera, cuando el paseo del viajero lo puede realizar entre el perfume de los bosquetes de lilas y las cascadas de rosas. Es uno de los pocos ejemplos que quedan de aquellas quintas de recreo que rodearon Madrid desde finales del siglo XVIII y durante el XIX.
- Sólo abre sábado, domingo y festivos
- Entrada gratuita
- De octubre a marzo: 9h – 18:30h
- De abril a septiembre: 9h – 21h
Historia del Parque el Capricho
Esta zona ajardinada es un capricho mandado construir por la Duquesa de Benavente y Duquesa consorte de Osuna, una de las principales damas de la Corte de finales del siglo XVIII y mecenas de varios artistas de aquella época.
En el año 1783 los Duques de Osuna compraron este terreno en las afueras de Madrid para construir una finca de recreo. Un año después el arquitecto de la corte, Pablo Boutelou, expuso un proyecto inicial para el jardín y encargó el diseño de los jardines al arquitecto de la corte francesa, Jean-Baptiste Mulot. Empezó a construirse en 1787 y se terminó su construcción en 1839, por lo que la duquesa no pudo ver completamente concluido el recinto al fallecer en 1834.
Su idea era crear un jardín de recreo para las personas que constituían su entorno social, poniendo en prácticas sus ideas liberales de la Ilustración, muy de moda en aquella época en Europa y que además sirviera para organizar grandes fiestas y celebraciones y para demostrar su boato. Pero además, aquel lugar contendría las enseñanzas filosóficas que había conocido de los intelectuales que frecuentaban sus tertulias y los conocimientos adquiridos en la enorme biblioteca que poseía. Aquel jardín sería también un lugar de iniciación para el conocimiento de las corrientes filosóficas y herméticas. Jardines temáticos, en los que los estanques y canales, fuentes y albercas se mezclaban con enigmáticos símbolos y construcciones.
De la invasión francesa a nuestros días
Durante la invasión francesa, el recinto es ocupado por el general francés Agustín Belliard, que utilizó las instalaciones para sus tropas. Tras la retirada del ejército francés, el lugar regresó a manos de la Duquesa que estuvo “exiliada” y comenzó la rehabilitación del jardín que se repobló de árboles, y se construyó el casino de baile y se reformó parcialmente el palacete.
En 1882 fue subastada y adquirida por la familia Bauer. Durante la República fue declarado Jardín Histórico en 1934, aunque sin muchas consecuencias y durante la guerra civil el palacio estuvo ocupado por el general Miaja como Cuartel General del Ejército republicano al lado del palacio se encuentra la denominada Posición Jaca, aparte de un búnker y los restos de varios nidos de ametralladoras junto al castillo.
En 1943 es declarado Jardín Artístico, de hecho poco después arruinados los Bauer, en 1946 fue vendido a una inmobiliaria para convertirlo en hotel, aunque el proyecto no llegó a hacerse realidad. Tras décadas de relativo abandono, en 1974 fue comprado por el Ayuntamiento de Madrid. Ya en 1985 fue declarado Bien de Interés Cultural. En 2001, después de su recuperación tras décadas de abandono, obtuvo el diploma Europa Nostra.
¿Qué puedes ver en el Parque el Capricho?
Palacio de los Duques de Osuna
El palacio fue construido sobre una casa que ya existía y desde 1784 a 1788 se sucedieron varias reformas que añadió dos torres a la construcción original. No fué hasta 1798 cuando el palacio se terminó. Desde Valencia se trajeron los suelos y los elementos decorativos. Más adelante, Ángel María Tadey realizó decoraciones pictóricas.
Actualmente casi todos los elementos originales han desaparecido, pero los documentos han permitido conocer cómo pudo ser, como por ejemplo, que allí estuvieron colgados varios cuadros comprados a Goya en 1799, siete pinturas entre las que se encontraban La pradera de San Isidro y cuatro pinturas de las Estaciones del año.
Plaza de los emperadores
Uno de los lugares más visitados de el Parque El Capricho es la plaza de los Emperadores, una plaza decorada en pleno siglo XVIII en la que se pueden divisar las distintas partes del parque. Junto a la plaza hay una pequeña ermita, un imponente salón de baile e incluso un pequeño templete inspirado en la cultura greco-romana. El agua es un elemento presente a lo largo de todo el conjunto y zona verde. Una pequeña ría recorre toda la visita, desembocando en un bonito lago.
Anécdotas: La plaza de los Emperadores es «la plaza nevada de Moscú” en Doctor Zhivago de 1965. Se rodaron varias películas, entre ellas El Gran Amor del Conde Drácula de 1972″.
Los estanques, el lago y el canal
La duquesa ordenó construir estanques, que conectaban el canal principal que recorre el parque con el salón de baile, que es donde se llevaban a cabo las fiestas que daba. En aquella época se realiza el recorrido en falúas hasta llegar al salón. Este edificio se levanta sobre un pequeño manantial del que surtía de agua todo el parque y donde si te fijas verás que hay una figura de un jabalí que permanece bajo un arco mirando hacia el riachuelo. La planta favorita de la marquesa era la lila, que fue plantada por todo el parque.
Junto al lago están dos de los lugares más míticos del Parque el Capricho, el embarcadero o Casa de Cañas y el Puente de hierro.
Puente de hierro
El carismático Puente de hierro atraviesa la ría. Un puente realizado por iniciativa de Don Pedro Alcántara en 1830, siendo el puente de hierro más antiguo de los conservados en España, curiosamente por fama y tamaño se suele atribuir al sevillano Puente de Triana, construido entre 1845 y 1852.
En la Comunidad de Madrid, el siguiente puente de hierro sería el de Fuentidueña de Tajo, construido entre los años 1868 y 1876.
Templete de Baco
El camino que sale del palacio lleva hasta el Templete de Baco, imagen icónica de El Capricho. Elevado sobre la colina, en su interior descansa la estatua del dios del vino. Este templete, al estar al borde de la parte alta de la colina posee unas vistas muy hermosas del parque, y es por ello que sea posiblemente el templete más fotografiado de Madrid. Es uno de los iconos del parque y donde la foto es casi obligatoria. Es una construcción de gran simplicidad, pues consta de una columnata dispuesta formando un círculo, aunque sin crear una techumbre.
El Abejero
A poca distancia del Templete de Baco está el Abejero, Edificio construido con un panal en uno de sus laterales donde se accedía por un cristal. Aquí la duquesa, veía a las abejas en su labor diaria protegida por un cristal tomándose su taza de chocolate procedente de las Américas.
La Columna de Saturno y la Casa del Artillero
Se sitúa en el centro de una rueda formada por seis calles radiales. Muy del estilo de la duquesa y su época, haciendo conjunto con el resto de monumentos del Parque El Capricho, la pieza representa al dios Saturno en el momento de devorar a su hijo, como el famoso cuadro de El Prado.
Cerca de la Columna de Saturno está la Casa del Artillero, que era un pequeño fortín en ruinas muy característico de la jardinería de la época. Se trata de un fortín, que poseía una pasarela para acceder al interior. Aunque esto nos parezca extraño, los niños del siglo XIX de alta sociedad, solían dedicarse al ejército, por lo que desde pequeños, estos juegos los ayudaban a “empaparse” de la vida militar.
Este fortín contaba con elementos hoy desaparecidos, como caseta del vigilante, un barracón y hasta 12 cañones en miniatura de bronce.
Tras el fortín hay una ría artificial de 500 metros, con varias curvas para intentar que parezca natural y que seguía las pausas paisajistas de la época.
La ermita
Fue construida con la intención, por parte de los duques, de incluir un verdadero ermitaño en ella. Lo que hicieron fue pactar con Don Fray Ars su estancia allí a cambio de modificar su apariencia y rezar por ellos. Entre sus funciones, además de ser parte de la ambientación, se encargaba de redirigir a aquellas personas que se perdían en este lugar. Lo hizo durante 20 años.
Casita de la vieja y los 3 jardines
Construida entre 1792 y 1795, es una imitación de una casa de labranza de entonces de dos plantas. Se ha conservado por el clima seco de Madrid tal y como se hizo. En su interior, el genio de la pintura Francisco de Goya, del que la duquesa de Osuna fue mecenas, pintó El Columpio y la Pradera de San Isidro. Mientras Ángel María Tadell, arquitecto de la casa, pedía que por favor «dejara de hacer garabatos» en su obra. Construida entre 1792 y 1795, es una imitación de una casa de labranza de entonces de dos plantas.
El parque el Capricho cuenta con 3 tipos de jardines. El parterre o jardín francés, que se encuentra delante de la fachada del lado oeste del palacio de los duques. Es un jardín de estilo refinado, con setos recortados que aportan un dibujo que parece un bordado natural. El giardino italiano, en la parte baja se encuentra el jardín a la italiana, la parte más antigua de la finca. En él los setos se mezclan con los árboles que aportan sombra en verano, y los juegos de agua se alternan con estatuas. Cerca de este jardín se encuentra el laberinto de laurel, que respeta los planos del original plantado en época de la duquesa. Por último, el paisaje inglés, concebido como un típico jardín inglés, donde la naturaleza se encuentra en su estado más natural y salvaje.
El laberinto
El laberinto se trata de otro de los caprichos de la condesa, aunque no se tiene constancia de su existencia antes del siglo XIX. Su superficie abarca los 6.030 metros cuadrados. Si el visitante logra terminarlo en su camino más corto habrá recorrido 370 metros. Fue ideado principalmente para los juegos amorosos y los escondites. El laberinto está situado en una altura inferior del terreno junto al Jardín Bajo.
Fue reconstruido varias veces pero en los años 40 un avión procedente del aeropuerto de Barajas lo destruyó al realizar un aterrizaje forzoso. Tras este accidente el laberinto estuvo abandonado muchos, hasta que aparecieron los planos originales del laberinto y comenzó su restauración.
En la plaza central del recorrido se pueden ver unos bancos y un árbol de Júpiter, que destaca por su color rosa al florecer en primavera.
El Bunker el Capricho
A lo largo del recorrido a través de este maravilloso parque podemos encontrar la Posición Jaca o Búnker de El Capricho, que empezó a construirse en mayo de 1937, cuando la Junta de Defensa de Madrid decidió que el alto mando republicano abandonara los sótanos del Ministerio de Hacienda para instalarse en un emplazamiento más seguro. A día de hoy se puede visitar previa reserva de la visita en la web del ayuntamiento.
La construcción del búnker supuso la extracción de varios miles de metros cúbicos de tierra, con más de 200 metros cúbicos de construcción de ladrillo y más de 70 metros cúbicos de hormigón para el blindaje. Además, y dada la preocupación existente por la posible utilización de gases en los ataques, se diseñó de modo que fuera estanco. Cuenta con unos 2000 metros cuadrados situados a 15 metros bajo tierra.
Podeis ver más sobre el Bunker de El Capricho en nuestro blog.
Fauna y flora
La fauna del parque la componen ejemplares de robles, pinos, cipreses, tejos, cedros, plátanos y castaños de indias. La riqueza vegetal convive con mirlos, palomas torcaces, pitos reales, herrerillos, petirrojos o ruiseñores, además de cisnes negros y ánades que se mezclan con ardillas rojas, musarañas, ratones comunes o ratones de campo.
Si te apetece completar la lista de los lugares que tienes qué ver en el Parque el capricho, ayúdanos con un comentario.