Llegan las primeras grandes nevadas del otoño en la Sierra de Gredos y es hora de disfrutar del ansiado polvo blanco. El Corral del Diablo será nuestro primer destino, localizado en la parte mas occidental de la sierra y a su vez una de las menos visitadas. Ensombrecido sin justicia por el circo de Gredos y su majestuoso Almanzor, su difícil acceso es quizás lo mejor que le ha podido ocurrir, disfrutando de una tranquilidad sin parangón.
Corral del Diablo. Un Gredos aún mas sorprendente
Primera semana de Diciembre y caen las primeras nevadas. Elegimos la zona de Barco de Ávila, principalmente por su belleza y sus rutas sin masificar. En el lugar se encuentran una serie de picos como la Covacha, el Pelado y el Corral del Diablo, nuestro destino. Los 3 son accesibles desde la Laguna de la Nava, aunque los dos primeros tienen otras vías de acceso.
Detalle de la ruta
- Dificultad: media-alta
- Tipo: semi-circular
- Distancia: 19 km
- Duración aproximada: 7/8h
- Ascenso total: 1339m
- Descenso total: 1339m
- Altitud máxima: 2387m
La ruta
Para acometer esta ruta nos dirigimos a la localidad de Nava del Barco, a unos 10 kilómetros de Barco. A las afueras del pueblo, hay un parking con un letrero que indica la dirección hacia la Laguna de la Nava. Si vuestro coche es alto, podéis seguir por la pista de cemento hasta un puente (1.5 kilómetros) donde debéis dejar el coche, ya que a partir de ahí están prohibidos los vehículos. En este último punto las plazas son limitadas, unas 6, aunque casi nadie las utiliza.
Comenzamos la subida tras cruzar el puente presidido por una pista de tierra bastante ancha, que tras pasados 10 minutos se convierte en monótona. No os desaniméis, 5 minutos después, llegará una puerta de color verde y comenzará el sendero de verdad. El camino comienza inundado ya que es usado por multitud de arroyos que terminan en la Garganta de la Nava, lo que hace obligatorio llevar unas botas con aislamiento.
Tras el momento pasado por agua, iremos llegando a la entrada de la garganta, pasando previamente por 2 refugios de montaña, abiertos y sin guarda. Cruzaremos el arroyo principal y una vez hecho, estaremos caminando por su lado izquierdo hasta llegar a las faldas de la Laguna de la Nava una hora después.
El inicio de la Garganta de la Nava viene precedido por una Virgen guardada en el hueco de una gran roca y justo detrás de ella, un sin fin de cascadas que parece no tener fin. Este lugar es a veces usado para la práctica de barranquismo, aunque personalmente no son de primera clase.
En nuestro caso comenzó a ser patente la ola polar que trajo consigo la nieve. El hielo cubre gran cantidad de rocas y ciertas ocasiones el propio camino. Hay que extremar la precaución en estas partes, dado que un paso en falso y acabamos en el fondo de la garganta. De hecho vimos gente que incluso optó por colocarse los crampones, y creerme que no es mala opción, aunque debamos quitárnoslos 5 minutos después.
Tras varias caminatas sobre el hielo, llegaremos a una explanada donde confluyen varios arroyos y multitud de cascadas, principalmente en la base del Pelado. Esto es indicio de que la laguna está muy cerca.
Seguimos el sendero y llegaremos hasta una pared de rocas apelotonadas una encima de otra. Esta impide que la laguna se desborde, pero a día de hoy lo que hace es ensuciar la postal del Corral del Diablo. Al menos este muro es usado para acampar, debido a su anchura y sus excelentes vistas con la Laguna de la Nava congelada al 100%.
La imagen anterior ilustra nuestro destino, el Corral del Diablo con sus 2366 metros de altura, con la laguna a sus pies a unos 1960m. Atacarlo de frente es complicado, por lo que se opta por el lado izquierdo para su ascensión, bastante mas suave, pero a su vez mas largo. Este camino también es usado para llegar a la Laguna de los Caballeros (al inicio).
Pasamos un pequeño refugio en ruinas apenas a 150 metros de la laguna y continuamos en línea recta hasta un arroyo que viene desde nuestro lado izquierdo. Este no hace falta cruzarle, pero si guiarnos por el durante 10 minutos, pero no mas, ya que terminaríamos bajando la montaña en dirección a la otra laguna.
A medio camino, giramos 90 grados a nuestro lado derecho y comenzamos el tramo final de nuestra ascensión. El Corral del Diablo no se ve, pero poco a poco nos iremos pegando a su cornisa, y de esta no nos despegaremos hasta su cima.
Esta zona suele ser castigada por fuertes vientos, fácilmente predecibles dado que no hay otra montaña que la tape. Su ascenso es largo y cansado, mas aún cuando la nieve esta blanda y cada paso que damos, requiere el doble de esfuerzo. Si somos curiosos, el dolor podemos apaciguarlo disfrutando de las vistas de la Covacha a nuestro lado izquierdo.
Y por fin llegamos a su cima, con un viento demoledor que las fotografías no pueden mostrar. Según el parte meteorológico, los vientos alcanzaban los 80 km/h y una sensación térmica de 12 grados bajo cero sobre los 2200 metros del altura y nosotros estábamos a 2366 metros. La ropa que nos cedió Ternua se comportó como una campeona.
Tocaba bajar, pero la idea de volver por el mismo camino no entraba por mi cabeza. Optamos por dirigirnos hacia el Pico del Mosquito y caminar por la Cuerda de Riscos Altos.
Desde lejos se antojaba complicada, pero a medida que nos íbamos acercándonos, su complejidad desapareció y rápidamente llegamos a su cumbre de 2249 metros. Lástima que desde aquí no alcanzáramos ver la Laguna de Barco.
La Cuerda de Riscos Altos se convirtió en un paseo gracias a su nieve dura. Otros caminantes días a atrás no lo pasaron igual de bien, a tenor de sus profundas huellas en la nieve. Sin raquetas esta parte es para olvidar….
Poco a poco iremos pasando ciertos hitos que indicaban los puntos mas altos de la cuerda, algunos de ellos provistos por pequeños vivacs donde podemos realizar alguna parada. También veremos las salidas de numerosos corredores que nacen desde la misma garganta.
Finalmente la nieve irá desapareciendo de nuestros pies hasta llegar al final de la cuerda con un hito de grandes dimensiones. Si continuamos de frente llegaremos por la vía rápida a la puerta de color verde que marca el inicio de la pista de tierra. En mi opinión es mas lento, dado que tenemos que sortear numerosos piornos. Si bajamos por nuestro lado derecho, donde se divisa un refugio de piedra, acabaremos finalmente en el arroyo de la garganta justo a la altura del segundo refugio. Un camino mucho mas cómodo y por cierto… lleno de cabras y corzos.
Y hasta aquí ha sido todo. Gredos nos espera de nuevo en breve.
Datos prácticos
¿Cuándo ir?
Personalmente creo que es una montaña para visitar en cualquier época del año. Quizás el invierno es cuando la encontramos en todo su esplendor, pero no es apta para todo tipo de público debido a su longitud y que durante el invierno tenemos menos horas de luz.
¿Cómo llegar?
Desde Barco de Ávila debéis coger el desvío hacia Nava del Barco. Una vez en el pueblo, seguís la carretera en dirección Sur y veréis un pequeño parking con un mapa de la zona. Podéis dejar el coche aquí mismo, o un poco mas adelante a la altura de un puente.
¿Qué llevar?
En invierno es indispensable llevar crampones y piolet, y por supuesto saber usarlos. Agua hay por todo el camino, además de estar bien señalizado hasta el alto del Collado del Diablo. Una vez en la cima, tenemos que tener buena orientación si deseamos volver por el Pico del Mosquito.
Agradecimientos
A Manuel Álvarez Lago por servirme de modelo en la mayoría de las fotos 😀