Ascensión al Kawah Ijen (Ruta al increíble volcán en Indonesia)

El volcán Kawah Ijen, con 2.799m de altura, esta situado en el extremo este de la isla de Java, Indonesia, es uno de los últimos volcanes donde se puede contemplar un volcán aún en activo y una mina en su interior de azufre, donde trabajan mineros por menos de 3$ al día. Es increíble ver como estas personas, con dos cestos a su espalda de más de 20kg de peso, suben y bajan al crater varias veces al día.

Ascensión al Volcán Kawah Ijen, 2.799m

Buscando transporte al volcán

Para llegar al volcán, nosotros optamos por un coche de alquiler, ya que Kawah Ijen era el punto de partida para recorrer la isla de Java, aunque es posible también tomar un taxi desde Banyuwangi si vienes en barco desde Bali. Con el coche es posible ascender bastante al volcán, pero al final lo tienes que dejar a una hora y media del borde del cráter. Las ascensión es muy empinada, por lo que mejor no es subir corriendo de la emoción, si no que es mejor ir disfrutando del paisaje y de los mineros que suben y bajan.

Comienza la ruta

Para llegar al volcán, nosotros optamos por un coche de alquiler, ya que Kawah Ijen era el punto de partida para recorrer la isla de Java, aunque es posible también tomar un taxi desde Banyuwangi si vienes en barco desde Bali. Con el coche es posible ascender bastante al volcán, pero al final lo tienes que dejar a una hora y media del borde del cráter. Las ascensión es muy empinada, por lo que mejor no es subir corriendo de la emoción, si no que es mejor ir disfrutando del paisaje y de los mineros que suben y bajan.

Después de una hora y media llegamos al borde del cráter. Una auténtica maravilla!!!!. Un lago de azul turquesa, burbujeante del calor del corazón del volcán, y viendo los mineros trabajar junto a unas temperaturas extremas.

Una vez que estas arriba tienes dos opciones, bajar, y asumir las consecuencias de que si cambia el viento o estás más de 15 min en su interior puede llegar a ser mortal, o te quedas con las ganas y te conviertes en un turista más.

Como casi siempre, buscando emociones, decidimos por unanimidad bajar. Antes de bajar, hay que tener una cosa en cuenta, solo puedes bajar si dispones de una mascarilla, si no, ni lo intentes. Como estábamos avisados, llevábamos una cada una, por lo que la bajada la pudimos hacer sin ningún problema, bueno, salvo cuando cambiaba la dirección del viento y nos tocaba correr un poco.

En la bajada no parábamos de cruzarnos mineros exhaustos. Antes de venir habíamos leido que la esperanza media de vida de los mineros del Kawah era de menos de 42 años, y la verdad, parecían tener más de 50 en cada pata.. El calor, el olor a azufre y las condiciones son casi insoportables.

Al final de la bajada, cerca del lago, esta la mina, una mina que es simplemente tres agujeros mal puestos, saliendo humo de ellos y 4 o 5 mineros turnándose con palas para no morir por inhalación de gases tóxicos. Verlos trabajar es increíble, pero ver lo que les espera y lo que ganan, hace que te sientas el más afortunado del mundo.

El azufre esta casi al rojo vivo, y en ciertas zonas casi líquido. Ahora es posible comprender porque los pocos turistas que hay en esta zona del planeta se quedan arriba, bueno, algunos, que turistas desde luego somos, y poco más que nosotros 4 y algún alemán, el resto eran mineros trabajando.

Es posible acercarse al lago e incluso tocarlo, donde es posible comprobar que puedes hacerte unos spaguetti en unos segundos… eso si, con azufre…

Después de 15min, no más, decidimos salir del cráter ya que el olor y la respiración comenzaba a ser muy agobiantes.

La vuelta es lo bastante empinada para desanimar, pero aún lo es más ver a los mineros subir más rápidos que tu. Ir subiendo es una bocanada de aire, ya que a medida que vas cogiendo altura vas respirando aire más limpio. Recuerdo en ese momento pensar, como es posible que sigan existiendo países en el mundo donde haya tales condiciones infrahumanas para trabajar.

Una vez fuera del cráter nos esperaba un volcán igual o quizá más impresionante, el volcán Bromo, posiblemente uno de los paisajes más espectaculares del planeta, pero esto es otra historia y es otro viaje.