Nuestra tercera vez en Escocia tenía que traer novedades y una de ellas fue realizar un día de ruta por la isla de Mull. Un lugar muy apartado, donde la densidad de población es minúscula y donde las carreteras están puestas para ir despacio, muy despacio. Basta decir que recorrer 100 kilómetros puede suponer estar mas de 4 horas al volante. Por tanto es un remanso de tranquilidad y donde por cierto hay hasta bonitas playas.
Un día de ruta en la isla de Mull, Escocia
Escocia está compuesta por cientos de islas, muchas de ellas de un tamaño considerable y donde el tiempo suele ser bastante recio. Alcanzarlas no siempre es fácil y a la mayoría de ellas se llega tras pasar algunas horas en un ferry. La isla de Mull por ejemplo está conectada por tres barcos principalmente, dos de ellos de escasa duración pero cuyos puertos están bastante alejados de las zonas mas turísticas. La tercera opción es el ferry que conecta Oban con Craignure, cuyo viaje tarda aproximadamente 1 hora. Oban no anda lejos de Glencoe, por lo que suele ser una buena opción de conectar con la isla.
Nuestro plan era recorrer en coche la isla entera en un solo día, cosa que después vimos que era imposible. Al menos se necesitan dos días enteros ya que las carreteras por lo general son de un sólo carril para ambos sentidos, teniendo que echarse a la cuneta cuando un coche viene en sentido contrario. Esto hace que pasar de los 40km/h sea imposible en la mayoría de las carreteras, por tanto nos tenemos que armar de paciencia y disfrutar del paisaje ya que para eso venimos a estos lugares tan apartados.
Mull apenas tiene poco mas de 2500 habitantes y casi la mitad de ellos vive en Tobermory, por tanto la densidad de población es muy pequeña.
La ruta partió del puerto de Oban con destino Craignure. Una minúscula localidad donde apenas hay una docena de casas y un pequeño supermercado. Desde allí tomamos dirección norte hasta la pintoresca localidad de Tobermory, parando previamente en algunos lugares costeros donde varios barcos habían pasado a mejor vida.
Tobermory es de lejos el pueblo mas visitado y la capital de la isla. Hay varias tiendas de recuerdos, un buen supermercado, restaurantes e incluso algún museo. Es relativamente pequeña y se puede recorrer en tan solo 30 minutos. Es quizás el punto ideal donde abastecernos o incluso comer tranquilamente.
Desde allí tomamos una clásica carretera de la isla en dirección a Calgary. Muy estrecha y donde es habitual parar para poder dejar pasar a los vehículos que vienen de frente. No obstante son carreteras poco transitadas y donde recorrerlas a baja velocidad es un placer, sobre todo al pasar sobre lagos como el Peallach.
Esta zona de la isla es montañosa pero de contorno muy suave. En seguida uno se da cuenta que la mayoría de las tierras están dedicadas a la crianza de ganado y el nivel de deforestación es muy elevado, algo muy común en Escocia.
Llegamos a Calgary, una aldea muy muy pequeña que de hecho no creo que haya mas de 50 habitantes. Aun así su nombre nos suena mucho, a una ciudad Canadiense. Sin ir mas lejos, la ciudad canadiense debe su nombre a un fuerte que se construyó hace algo menos de 200 años con el nombre de Calgary. El motivo fue simplemente que un militar pasó sus vacaciones de verano en la isla de Mull, le gustó el nombre de Calgary y lo asoció con el fuerte.
La aldea de Calgary no tiene gran cosa, pero su playa llama mucho la atención. Una gran extensión de arena rodeada de aguas cristalinas. Lugar perfecto de peregrinación para los habitantes de Mull en los raros días soleados como este.
Retomamos el trayecto y comenzamos a rodear la costa, pasando muy cerca de las deshabitadas islas de Gometra, Ulva y Eorsa (fotografía superior). Pero no subir el pico mas alto de la isla (Ben More), justo detrás de la isla de Eorsa, fue una espinita clavada que me traje de vuelta.
El tiempo se nos echó encima. Nuestro barco de regreso zarpada a las 18:00 y ya llevábamos 7 horas dando vueltas por la isla. Viendo el tiempo que perdíamos en la carretera, decidimos regresar, pasando eso sí, por el castillo de Duart. En obras en ese mes y cuyo acceso cuesta 6 libras.
Esta fue nuestra visita a la isla de Mull, en tan solo 1 día vimos un 25% de la isla y eso que no pudimos pasar por las zonas mas agrestes ni realizar una ruta de senderismo. Otra vez será.
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¿Cuando visitar la isla de Mull?
Verano es la mejor época, aunque el clima de la isla de Mull es muy impredecible. Desde mi punto de vista, si el clima es malo, no merece la pena el viaje dado que no aporta mucho mas a lo que podemos ver por Escocia.
Antes de partir a Escocia
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¿Cómo llegar?
Parten ferries desde las localidades de Oban, Lochaline, Drimnin y Kilchoan. Todos desde la isla principal, Gran Bretaña.
¿Qué llevar?
En verano las temperaturas son suaves. Con una sudadera iríamos relativamente cómodos.
¿Donde dormir en la isla de Mull?
Hay poca oferta de alojamiento, pero sus hoteles no suelen estar a rebosar.
- Graignure Inn: habitaciones simples con desayuno a buen precio.
- Park lodge hotel: cómodo hotel a las afueras de Tobermory.