Hay un dicho que dice que no hay peor ciego, que el que no quiere ver, y un buen ejemplo es cuando haces turismo. Cuando viajas las sensaciones y los sentimientos se ensalzan y te ayudan a vivir momentos y situaciones diferentes. En ocasiones exageramos momentos debido a las emociones o a la relajación de las vacaciones. Un amanecer o una simple conversación se convierten en recuerdos para toda la vida, pero casi nunca nos paramos a pensar porque esos momentos no siempre tienen lugar cerca de casa.
Conozco mucha gente que no es capaz de opinar negativamente de un destino solo porque ha pasado más de 8 horas en un avión entre otras cosas…. Facebook por ejemplo ensalza y agranda los momentos, ¿pero realmente ese lugar es tan fascinante?. Hay una cosa que todos tenemos que tener claro, y la experiencia de haber viajado es un grado, la compañía hace que un viaje sea fantástico o un desastre, pero ojo, eso no quiere decir que el destino sea para caerse de espalda.
No seas cobarde
Mucha gente nos hace preguntas del tipo, ¿merece la pena ir?, es una pasada, ¿no?. Muchas de estas preguntas vienen por lo que son capaces de ofrecernos la fotografía y el vídeo. Siempre digo que la fotografía más realista es la más simple, la que muestra una playa, el edificio o una montaña desde el ángulo que lo verían tus propios ojos. Muchas fotografías, y no entro en el tema de los efectos, se toman desde ángulos, posiciones o rincones para resaltar algo que no es, algo que hace que tu imaginación encumbra o invente. Cierto es que de donde no se puede puede sacar y me viene al pelo lo de, aunque la mona se vista de seda mona se queda, poco se puede hacer, pero, ¿por qué no todo el mundo es capaz de escribir, hablar y contar la realidad tal como es?.
Desde el punto de vista de un viajero convencional una de las herramientas que han hecho mostrar nuestras vanidades es Facebook. Te compras un coche, foto a Facebook, estás en la discoteca y te haces una foto con unas tías buenorras, foto inmediata y sin contemplaciones a Facebook, estas tomándote un Gin Tonic, foto a Facebook, estas en una playa tumbado al sol, foto a Facebook, eso si, tomas la foto de tal manera que no salen los 1.000 turistas que tienes alrededor en Benidorm. Las lesiones de muñeca y los ángulos imposibles están a la orden del día.
Vivimos en una sociedad donde manda, mis vacaciones son mejores que las tuyas. Cuanto más lejos mejor. Pero pocos son sinceros a la hora de atribuir si el destino merece o no la pena.
La opinión es importante
La opinión es algo subjetiva, la verdad. Para bloggers como nosotros cada vez que escribimos se convierte en un reto. No es lo mismo contar y mostrar un destino desde los ojos de una persona que ha viajado por más de 60 países que cuando es la primera vez que viajas.
Sentirse como un niño, con los ojos como platos y la boca abierta, cada vez se complica más porque tu mente y la experiencia se vuelve más exigente. Hay que contar las cosas tal como las percibes y sobre todo, compararlas desde todos los ángulos posibles. Un ejemplo es la India, un país que enamora o decepciona. Aún recuerdo hace unos años delante del ordenador con la mano temblando sobre el ratón a la hora de comprar unos billetes de avión. Me temblaba no por viajar a la India, si no por lo compañía que me esperaba. La experiencia, y vuelvo a repetir, es un grado. Sabiendo de antemano que la compañía eran dos amigos y tres parejas, de las cuales dos de ellas no conocía y que nunca habían salido de España, hizo que mi cabeza diera vueltas y pensará tres cosas básicas. Lotería, total no los conoces, somos muchos en una furgoneta y lo mejor de todo, la India es increíble o decepcionante, todo depende del tipo de viajero. Si hubiera apostado a hundido me hubiera forrado, hubo encuentros y desencuentros, pero me arriesgué, debo ser un inconsciente o impulsivo. Aquel viaje demostró varias cosas:
- Tu primer viaje fuera de tu país no puede ser un destino extremo
- Un viaje tiene un pilar fundamental, la buena compañía
- «Dos» es compañía, tres es multitud. 5 es el tope
- La India es increíble, desde mi visión
¿Contamos realidades?
Pero claro, en el fondo somos algo cobardes y poco sinceros con nosotros mismos. A la vuelta y a la hora de contar el viaje Facebook se convirtió en la herramienta que lo cura todo. Vamos a ver, si te pareció sucio, oloroso y peligroso, no digas palabras como fenomenal o estupendo. Lo más lógico es que digas, una M bien grande o no vuelvo en mi vida. Seamos éticos, hay gente que le gusta viajar a destinos donde el reto es plantar una sombrilla y hay otros donde la aventura, lo diferente o incluso desarrollarse personalmente lo requieren como alma que le lleva el diablo. Todo es respetable, pero por favor, si no te gusta sé sincero, que no pasa nada. Bueno, a veces salen «Trolls» y ponen comentarios que generan polémica, pero eso es otra historia.
Punto final
Como punto final, otro ejemplo pero de Myanmar. El Lago Inle, un lugar por el momento idílico, y una bodega en la montaña con aire francés. ¿Unos vinitos?. Eso es lo que pensamos después de echar un vistazo a la Lonely Planet, que se moja más bien poco. Beber vino fuera de ciertos países es solo para los valientes, la verdad, pero cuando te sobra el tiempo improvisas. En la foto que viene tan contentos, ideal para Facebook, pero ese vino ni la rata con más sed de Myanmar se lo bebe. ¿Bonito el lugar?, si, ¿el vino?, me sobran las palabras.
¿Te atreves a contarnos alguna experiencia?. Deja tu opinión o comentario