El descafeinado Parque Nacional de Niokolo Koba de Senegal

El mejor lugar para ver animales en Senegal y hacer una pequeña introducción a los safaris es sin duda Niokolo Koba. Un lugar donde con suerte puedes ver leones y donde incluso podrás acampar rodeado de animales

Niokolo Koba
Niokolo Koba

El descafeinado Parque Nacional de Niokolo Koba. Niokolo Koba posiblemente es el mejor parque nacional de Senegal, en el reúnen especies en peligro como los leopardos, elefantes (me temo que no queda ninguno), leones, hipopótamos, elands gigantes (el antílope más grande del mundo) y sobre todo facoqueros (Pumba, en El rey león), babuinos y monos, muchos monos, en un área que abarca unas 900.000 hectáreas.

Facoquero
Facoquero

El Parque Nacional de Niokolo Koba

Un lugar diferente en Senegal

¿Y por qué decimos el descafeinado Parque Nacional de Niokolo Koba?. Porque aunque en Senegal intenten comparar los safaris de esta zona con los de Africa oriental como Kenya, Uganda o Tanzania, éste no le llega ni a la suela de los zapatos. Para los que conozcan esa zona, Niokolo Koba podría ser una decepción, para los que no, es una visita agradable por un paisaje, en temporada de lluvias, verde, muy verde, como si estuvieras en medio de una jungla, pero con “escasos” animales. En temporada de lluvias es muy complicado ver animales, cierto es que ver babuinos, monos, facoqueros y antílopes es bastante fácil, pero ver guepardos o leones es más bien una misión imposible, pero si es posible verlos en temporada seca, pero no en las mismas proporciones que en Africa oriental.

Niokolo Koba
Niokolo Koba

Saliendo de Dakar

Salimos de Dakar a las 6 de la mañana dejando el otro Senegal, el Senegal del kaos y del tráfico y de quizá la prosperidad. Tomamos la carretera N1 en dirección KaolackTambacounda para dormir en Wassadou, un bonito campamento situado a las orillas del río Gambia. La N1 esta asfaltada en todo el recorrido, pero salvo el tramo de Fattick – Kaolac, la carretera esta en perfecto estado, nada que ver con las carreteras del este de Casamance, curiosamente están “asfaltadas” pero para recorrerlas necesitas un 4X4… En fin, a veces ver una carretera de tierra es como ver un oásis en el desierto.

Kaolac
Kaolac

Durante el camino es posible ver bosques de baobabs, en mi opinión, uno de los árboles más hermosos del planeta, además de alguna Ceiba y multitud de poblados, nada que ver con Dakar.

De camino a Tambacounda
De camino a Tambacounda

¿Debes contratar un Seguro de Viaje?

Cada año ocurren muchos accidentes o problemas médicos. No es que sea un país complicado pero debido al tipo de país que es, el clima y su ubicación geográfica conviene ir asegurado. Los traslados además suelen ser un problema y las repatriaciones aún más.  Debemos saber dónde vamos y que los medios que hay son escasos, por lo que no esperemos nunca que la evacuación sea muy rápida.

En cualquier caso os recomendamos Seguros Iati, ya que es el que solemos usar y hasta el momento nos ha funcionado muy bien.

Llegando a Tambacounda

En Tambacounda compramos provisiones y echamos gasolina en una de las pocas gasolineras de la zona, ya que desde esta polvorienta ciudad hasta el sur, Kédougou, donde está el País Bassari, no existe ninguna otra y y a penas comercios. En Tambacounda es posible dormir, hay hoteles tanto en la entrada desde Kaolac como en la salida hacia el sur, pero salvo que llegues de noche la mejor experiencia es dormir en el parque nacional, porque la atmósfera que rodea un parque como éste, con los ruidos de la noche, no lo vives todos los días.

Después de 9 horas conduciendo llegamos a Wassadou, nos esperaban dos días con la idea de ver el parque nacional y el río Gambia. Wassadou es un pequeño poblado con un idílico campamento a las a fueras, con varias cabañas y alguna que otra familia de monos. Llegar no es fácil, justo antes de entrar al pueblo, pasado un puente, tuvimos que girar a la derecha por un camino de tierra durante varios kilómetros. Al principio creíamos que nos habíamos perdido, a penas hay señalización, y en éste nos cruzamos con varias familias de babuinos que nos dejaron un poco desconcertados, y aunque parecía que íbamos al fin del mundo, no, al cabo de 10 min llegamos al campamento de Wassadou.

Wassadou
Wassadou

Visitando Niokolo Koba

Para ir Niokolo Koba te exigen ir acompañado de un guía y por supuesto, llevar un 4×4. Si no llevas uno, puedes alquilarlo en el campamento de Wassadou por 116.000 XOF, un pequeño atraco de  176€, para un grupo de 4. Si llevas coche, la cosa cambia, tan solo tienes que pagar los servicios de un guía.

Entrada a Niokolo Koba
Entrada a Niokolo Koba

A la mañana siguiente partimos a las 6 de la mañana hacia la entrada del parque, situada a 35 minutos de Wassadou. Cómo fuimos por libre, en la entrada del parque nos exigieron contratar los servicios de un guía, una buena forma para descubrir sitios recónditos en el parque.

Al ser Agosto, el mes donde muchas guías de viaje dicen que el parque está cerrado, el parque por supuesto estaba abierto y además vacío, éramos los únicos turistas en todo el parque nacional. A veces las guías de viaje espantan al viajero, y en este caso “acertaron” de lleno.

Pistas de Niokolo Koba
Pistas de Niokolo Koba

Nada más entrar al parque pudimos comprobar que la hierba del parque estaba excesivamente alta, una mala noticia de cara a poder avistar animales. A medida que nos adentrábamos pudimos ver algún que otro antílope y decenas de babuinos en un bosque de bambú, pero las pistas del parque estaban tan inundadas, que cada vez que teníamos que cruzar un charco, o más bien un lago, teníamos que parar y comprobar la profundidad de éste. Estábamos en temporada de lluvias por lo que no nos sorprendió, una aventura más.

Niokolo Koba
Niokolo Koba

Al cabo de 2 horas llegamos al campamento del león, un sucio campamento pero un lugar ideal para acampar, sobre todo en temporada seca. Aquí cuando llueve llueve de verdad y las noches suelen ser bastante copiosas, por lo que dormir en temporada de lluvias en tienda puede hacer que pases una inolvidable noche y una mañana con grandes ojeras. Allí mismo, había una manada de facoqueros pastando a sus anchas, como si nuestra visita no fuera con ellos.

Poco después, por una pista con agujeros como si hubiera habido una lluvia de meteoritos llegamos a Simenti, junto al río Gambia. Como nó, el lugar parecía desolado, y eso que supuestamente es un hotel en temporada seca, pero si así lo és, me temo que necesita buena mano de obra, ya que las lluvias y la humedad lo han dejado casi en ruinas. Allí estuvimos hablando con unos alemanes que estaban en una expedición científica y con un guarda del parque, a quién le preguntamos si podíamos alquilar un kayak para poder ver hipopótamos. Tanto el precio, unos 25€, como el caudal del río hizo que pensáramos que no fuera tan buena idea, por lo que desistimos. Ver hipopótamos en temporada de lluvias es como jugar a la lotería y que te toque el gordo…

Niokolo Koba
Niokolo Koba

Por tanto, decidimos hacer un alto en nuestro camino para comer. Decidimos refugiarnos del abrasador sol bajo el techo de un derrumbado comedor al aire libre del hotel. Mientras comíamos nuestro lujoso manjar, un clásico bocadillo de jamón serrano, unos monos nos vigilaban con la esperanza de catar algo, que salvo por unas pocas migas se quedaron con las ganas.  Poco después retomamos la marcha con la esperanza de ver algún león, el rey del parque.

Ningún BIG FIVE

La verdad, ni vimos leones ni elefantes, y eso que éste último es grande :), pero me temo que está extinguido en la región. Los leones son más fáciles de ver, pero en temporada seca. En ocasiones, en la carretera que atraviesa el parque hacía el País Bassari es posible verlos a primera hora de la mañana, aunque con el progreso y con el tránsito de camiones que vienen desde Malí a medio plazo podrá convertirse en algo inusual o simplemente inviable, como es ver elefantes en Niokolo Koba.

Por la tarde, una vez de regreso en el campamento alquilamos una barca para ver aves e hipopótamos. A penas vimos los primeros y no vimos ni de cerca los segundos, pero al menos nos quedaba la ilusión de saber que marchábamos hacia un lugar tan enigmático como es el País Bassari, pero esto es otra viaje y es otra historia.

Datos prácticos

Antes de partir. Ahorra tiempo y dinero

¿Cuándo ir?

Depende. En Senegal hay dos temporadas, la seca y la lluviosa. La seca va desde noviembre a junio, y es la mejor época para ver animales. En la temporada de lluvias es más complicado y por ejemplo para avistar hipopótamos o leones es prácticamente misión imposible. En cambio los paisajes son mucho más vistosos.

De cara a las carreteras, en temporada de lluvias los caminos del parque son trampas de barro pero transitables. En temporada seca, la vegetación es mucho más escasa pero los caminos son fáciles de recorrer.

¿Cómo llegar?

Desde Dakar por la N1 se tarda unas 9 o 10 horas hasta la entrada del parque. Se puede llegar en taxi de la sabana, pero éste puede tardar unas 14 horas en hacer el mismo recorrido.

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¿Qué llevar?

Una buena cámara con un buen objetivo desde luego. Si al parque vas en grupo, llevad un cojín, ya que las furgonetas o coches que van al parque no son nada cómodos. Lo mejor, ir en tu propio coche.

¿Dónde dormir?

Hay varias opciones. En Tambacounda hay varios hoteles pero éstos se encuentran a 2 horas del parque. Por calidad/precio, ya que suelen ser bastante caros, recomendamos el hotel que está en la entrada del pueblo junto a la gasolinera. A las fueras del parque está Wassadou, nuestra elección, ya que se encuentra en un lugar increíble junto al río Gambia. Para los más aventureros está la opción de acampar en el interior del parque, pero ojo, allí no hay ningún tipo de servicio, ni siquiera agua, por lo que todo lo que puedas necesitar lo tienes que traer de fuera.