Uno de nuestros castillos favoritos dentro de la ruta por el valle del Loira es el castillo de Chenonceau ó castillo de las Señoras. Está construido sobre el río Cher, como si de un puente se tratara. Por ello es quizás uno de los castillos más visitados de la zona y un punto a tener en cuenta si visitamos este bonito rincón de Francia.
Visita al castillo de Chenonceau (valle del Loira)
El castillo de Chenonceau se construyó sobre los cimientos de una antigua fortaleza y molino en el siglo XVI. Estos se mandaron derruir para levantar Chenonceau y al menos conservaron la antigua torre del homenaje, la cual se modificó dándola el toque renacentista actual.
Entrada al castillo
Desde el parking principal, se tiene acceso al recinto del castillo de Chenonceau desde una sola puerta y situada muy cerca de las taquillas. Desde aquí caminaremos por la gran Alameda, el parque que da acceso al complejo y a diferentes lugares del parque como el laberinto, el huerto de las flores o el cariátides.
Pasada la Alameda llegaremos a los edificios de la Botica, el antiguo hospital militar y el restaurante. Los dos primeros merecen la pena un vistazo aunque sea para sólo 5 minutos.
El hospital militar por ejemplo, es una reconstrucción del hospital levantado durante la primera guerra mundial. Se estima que pasaron al menos 2250 heridos sobre un total de 120 camas, donde incluso había quirófanos y las primeras máquinas de rayos X de la época.
Dentro del castillo de Chenonceau
Entramos al castillo, construido sobre los cimientos de un antiguo molino. Lo primero que miramos es la gigantesca puerta pintada con los blasones de Tomás Bohier y Katherine Briçonnet, los que mandaron construir el castillo. Tras ello entramos a un pasillo desde donde salen varias salas y un par de escaleras.
La primera de las salas es la sala de la Guardia., usada antiguamente por el personal encargado de la seguridad. Junto a ella está la capilla, con unas vidrieras de mediados del siglo XX dado que las anteriores fueron destruidas tras un bombardeo en la segunda guerra mundial.
Pasamos a los aposentos de Diana de Poitiers, favorita del rey Enrique II. A destacar las iniciales de Enrique II y Catalina de Médicis sobre la chimenea. De hecho los aposentos pasaron a manos de Catalina una vez Enrique Ii falleció.
Tras los aposentos se haya un pequeño gabinete de color verde y una biblioteca. Si seguimos caminando, veremos un estrecho pasillo que nos lleva directamente a la Galeria. Se situa justo encima del río y antaño fue usada como hospital durante la gran guerra.
Tras darnos la vuelta y siguiendo el itinerario correcto, bajaremos por unas escaleras hasta dar con las cocinas. Todas ellas restauradas con sus elementos de cobre y latón. Un completo viaje en el tiempo.
Subimos de nuevo las escaleras y giramos a nuestra izquierda, pasando por el salón de Francisco I y por el salón de Luis XIV. En esta última hay un retrato de Felipe V rey de España.
Saliendo al vestíbulo principal tomamos las escaleras de subida y entramos en el aposento de las 5 Reinas, en recuerdo de las 2 hijas y las 3 nueras de Catalina de Médicis. Hijas que se casaron con Enrique IV y con Felipe II de España.
Y tanto hablar de Catalina pues tendría que tener su propio aposento. Este dispone de un techo de madera artesonada con toques dorados, y paredes decoradas con tapices de Flandes del siglo XVI.
A continuación está el gabinete de las Estampes y la galería Médicis, donde hay una buena colección de obras de arte. Posteriormente están los aposentos de Cesar Vendôme, hijo de Enrique IV y Duque de Vendône. Este fue propietario del castillo en el año 1624.
Como no podía ser otra, algo muy común por aquella época…. hay mas aposentos dedicados a diferentes amantes, en este caso para Gabriela de Estrées. Amante de Enrique IV y de su legítimo hijo el Duque Cesar de Vendôme.
Salimos de nuevo al vestíbulo y entramos al último de los aposentos, el aposento de Luisa de Lorena, esposa de Enrique III. Esta habitación tan oscura fue utilizada por Luisa tras el asesinato de su esposo.
Con ello damos terminada la visita al interior del castillo de Chenonceau y sólo nos queda dar un paseo por sus jardines.
Los jardines del castillo de Chenonceau
A un lado está el jardín de Catalina de Médicis, de 5500 metros cuadrados de extensión. En el medio una gran fuente y un gran número de rosales.
Al otro extremo el jardín de Diana de Poitiers. Con el doble de extensión que el anterior y con las mejores vistas al castillo.
Tras la visita de los jardines dimos por finalizado el día en el castillo de Chenonceau y nos dirigimos al castillo de Chambord, otra de las maravillas del valle del Loira.
Datos prácticos
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¿Cuándo ir?
Es un castillo muy turístico y siempre se espera gran afluencia de público. Por tanto se recomienda entrar a primera hora de la mañana o 2 horas antes de cerrar.
¿Qué horarios tiene el castillo?
Entre las 9:30h y las 18:00h. De enero a abril se cierra a las 16:30h.
¿Qué coste tiene la entrada?
Aproximadamente 15€. 12€ de 7 a 18 años y gratis para menores de 7.Gratuito para menores de 18 años. Parking gratuito y con puestos de recarga para vehículos eléctricos.
¿Cómo llegar?
Se puede acceder por Tren (TGV) y bus desde Paris.
Entradas para el castillo de Chenonceau
Es recomendable comprar las entradas por anticipado y evitar las largas colas. Estas colas están aseguradas a cualquier hora.
¿Dónde dormir?
Os ofrecemos dos opciones muy cerca del castillo.
- Hotel la Rosarie: muy cerca del castillo y con precios contenidos.
- Le Roi Coq: económico y con piscina. Nada lujoso.