5 destinos que nos han hecho soñar despiertos

Todos tenemos esos momentos que te da por ver fotografías de viajes en las mil y una carpetas dispersas que hay en tu ordenador. A veces surge que cuando estas pasando de viaje a viaje o de fotografía a fotografía de repente esbozas una sonrisa, te echas a reír y comienzas a soñar despierto.  Los recuerdos son vitales en los viajes, por que siempre son el mejor regalo que te llevas a casa después de un gran viaje.

¿Porqué nos han hecho soñar despiertos?

Todos hemos vivido situaciones en las que te quedas congelado o de piedra al vivir ciertos momentos. Casi siempre se une una parte de incredulidad y otra de situación inesperada. Soñar despiertos significa vivir los mejores momentos, llevarte el mejor recuerdo y sobre todo, vivirlo toda la vida. Esta es nuestra primera selección de cinco de los mejores recuerdos de lugares que nos ha hecho soñar despiertos.

1. Colombia y el Cocuy

La soledad a veces es la esencia de la aventura. El riesgo, las proezas y los grandes paisajes evocan cosas en tu estómago inexplicables. Cocuy es una de ellas. Paisajes infinitos, turismo escaso y nulo “gracias” al conflicto bélico del gobierno con las FARC. Su paisaje diríamos que roza lo prehistórico. Su aislamiento hace que pienses que estás en el fin del mundo. Es extraño ver nieve en Colombia, pero en cimas por encima de los 5.000m es posible. Bienvenido a la mejor panorámica de un país tan bello como Colombia.

2. Jordania y el Wadi Rum

Cuando lees un libro de aventuras y encimas viajas a esos lugares, la sensación es muy básica, tu carne se pone de gallina. Wadi Rum es uno de esos desiertos un tanto extraños más allá de las dunas. Moles de piedra y paredes verticales que desafían al visitante. Allí hicimos dos rutas de más de 20km a pié, en un desierto que parece sacado de un cuento. Me ha costado decidirme que si Petra o Wadi Rum, pero la soledad a veces me llama y Petra es tan inmenso y tan magnífico que solo le encontramos un pequeño fallo, parecerse a la Quinta avenida de Nueva York en rebajas.

3. Belize y el Blue Hole

Unas 2 horas en barco desde Cayo Caulker para llegar a una de las maravillas del submarinismo mundial. Jacques Cousteau lo nombró como uno de los 10 mejores lugares para realizar buceo en el mundo, y ya lo creo que llevaba razón. Llegar allí es pesado, pero al parar el barco sobre este inmenso agujero azul te quedas helado. Para empezar, mide nada menos 300 de ancho y tiene 123m de profundidad, que parece poco, pero si lo comparas con la profundidad del mar de alrededor es un abismo. Pero lo que lo convierte en sueño, y para alguno en pesadilla, es ver que esta lleno de tiburones nodriza con los que tienes que bucear, inofensivos claro, pero intimidantes. A parte, dentro del agujero puedes ver numerosas formaciones de estalacticas que hacen de este pequeño universo un lugar de ciencia ficción, ¿no es un destino para soñar despiertos?.

4. Tanzania y el Kilimanjaro

Cuando llegamos a Tanzania estábamos como locos por hacer un Safari, pero antes teníamos el reto de subir a la cumbre más romántica del montañismo mundial. Tiene el título de ser la montaña más alta de Africa. Kilimanjaro es sinónimo de películas de los cincuenta o aventuras de finales del siglo XIX. Es por eso que cada año miles de personas se ponen el reto de llegar a la cumbre de esta montaña tan enigmática, sin saber que te puedes encontrar en el camino. Solo por ser un reto la adrenalina hace que vivas un sueño, y si encima cerca de la cima te topas con amaneceres de película, los sueños se convierten en lágrimas de la emoción. Imaginaros este momento, cansancio, la altura te causa dolor de cabeza, estas cerca de la cima, 15 grados bajo cero, ¿no parece un escenario incómodo?. De repente sale un sol radiante dándole color a todo Africa, con las nieves del Kilimanjaro de protagonistas y el sonido de fondo del crujir de sus hielos diciendo adios por el terrible cambio climático. Si, esto es el Kili,  y ya estoy soñando despierto.

5. Estados Unidos y Monument Valley

Estados Unidos es un país de película. Sus paisajes están en los mejores libros de fotografía y lugares como Monument Valley en las mejores películas del viejo Oeste. Coche descapotable, sol, nubes como las de los Simpson y al fondo las “montañas” más fotografiadas del planeta. No conozco a nadie que no las identifique con John Wayne o La diligencia, clásicos del cine de indios y vaqueros. Estar allí es estar en una película, basta con frotarse los ojos y despertarás a lomo de un caballo salvaje.